sábado, 10 de enero de 2015

Donación de órganos en Medellín

Aproximadamente dos mil personas esperan trasplante de órganos en Colombia.

En 2016 se espera un nuevo Sistema de Tranporte Público para Medellín

En Medellín hay un millón doscientos mil vehículos que ya no caben en las calles de la ciudad. 

Los desafíos de cubrir un continente apasionante


América Latina también se ha conocido como el continente olvidado, del que poco se habla y se sabe en los medios de comunicación globales. Las historias de violencia, narcotráfico y pobreza son las que más se destacan, pero ¿son las únicas para contar?

En el coloquio sobre periodismo y América Latina: Cubrir un continente, llevado a cabo el 2 de octubre en el marco del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, algunos de los periodistas más importantes de la escena americana conversaron sobre los desafíos para cubrir las historias de Latinoamérica.

En esta discusión participaron: Michael Reid, director para las Américas del diario The Economist; Jon Lee Anderson, periodista de The New Yorker especializado en temas latinoamericanos; Hernando Álvarez, director de BBC Mundo; Miguel Ángel Bastanier, columnista de El País de España, y  Alejandro Santos, director de la Revista Semana.


Visibilizar un continente


“Si América Latina es un continente olvidado es tal vez por su ensimismamiento”, fueron las palabras de Jonh Lee Anderson acerca de la visibilidad del continente en el mundo. El periodista señala que el bajo nivel de competencia con las grandes potencias y una cierta dejadez no han permitido que los países del sur de América alcancen relevancia en el ámbito global.


A pesar de esto, dice Michael Reid, América Latina ha empezado a tener más protagonismo. Para Reid, países como Brasil, que empezó a proyectarse en el mundo, y la llegada de China al continente, hacen que el territorio juegue un papel más importante en los últimos años.


Mientras avanza la dinámica política y económica, el deber de los medios es encontrar las historias. En el caso de la BBC, su director cuenta que el medio intenta alejarse del escenario oficial y busca historias propias, pero sigue siendo un reto que implica para el caso latinoamericano traducir las historias aproximadamente a 27 idiomas.


Sin embargo, para Álvarez el problema sigue siendo la estereotipación del continente. “Todavía América Latina  se asocia a mechudos revolucionarios y mujeres en bikini, entonces es difícil poner temas del continente en perspectiva global”, comenta.


Pero también hay un problema de fondo, según Bastanier, y es que “América Latina no cubre América Latina y eso deja un hueco para poner el dedo donde queramos”, afirma el columnista de El País, quien además dice que es una época distinta en el sur de América porque “ya no es el patio trasero de Estados Unidos” y cuenta con organizaciones que se encargan de unir los países.



Los desafíos



Mantener la relevancia de América Latina en el mundo implica grandes desafíos para los medios y periodistas. Debido a las problemáticas sociales que aquejan a los países, cubrir temas de corrupción, conflicto y narcotráfico deja cada vez más en entredicho la libertad de expresión que existe.


“Querer desenmascarar una historia cuando el nivel de riesgo es tan alto es difícil, es como tomar la decisión de ir a cubrir la tierra de nadie”, señala Hernando Álvarez, director de la BBC.


Muchos periodistas se juegan la vida al cubrir estos temas. Según Miguel Ángel Bastanier la solución para su situación de inseguridad es el fortalecimiento de la democracia en los países, desde una mayor inversión en educación.



Desde 2013, la Fundación la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano premia las mejores historias de los periodistas y medios que publiquen en las lenguas española y portuguesa de los países de las Américas y la península ibérica.
Para esta versión del premio, además del reconocimiento a los contadores de historias, la Fundación convocó al público en general para reflexionar sobre el oficio con actividades abiertas entre conferencias, talleres y exposiciones de publicaciones destacadas del periodismo iberoamericano.

Jon Lee Anderson opina que el reto de los periodistas es buscar nuevas historias, “encontrar historias relevantes para el resto del mundo, no solamente lo que sea de interés para la sociedad de cada uno sino historias universales y que rompan las visiones estereotipadas”.

Los retos para los periodistas que cubren América Latina. Responde Jon Lee Anderson, periodista de The New Yorker:


Los retos para los medios que los respaldan. Responde Jon Lee Anderson, periodista de The New Yorker:

Tacones que luce una mujer de mentiras


Carolina Escobar dice que para los travestis como ella la calle es muy difícil: “Hay gente que no nos quiere, no nos acepta y muchas veces el rechazo es horrible”.
Los travesti están por todos lados, luciendo los esbeltos trajes de mujer sexy que alguna vez tuvieron forma de hombre. Lo único que queda de su antigua identidad es la voz que, a pesar de las hormonas que usan para verse más femeninas, no logran hacer llegar al tono con el que una mujer seduce, regaña y enamora. Entrevista. 

Ellas están en por los lados de San Diego, por el Parque Bolívar, por El Colombiano, andan por el barrio de la Estación Hospital, en Bello por los lados del ferrocarril viejo, por la Estación Madera del Metro y también en Zamora. Y las que tienen la posibilidad de seguirse prostituyendo están más que todo en Italia.
Pero la de ella es una historia diferente. Dice no ser prostituta, sino una travesti “de la casa”. A ella, a la que le gritan “mamacita” en la calle, la de 21 años y a quien no le gustan para nada las sopas, tiene una larga lista de pretendientes y amores a los que atrae con el mismo encanto con el que las sirenas seducían a los marineros en la antigua Grecia.
Para esta entrevista se puso como toda una diva o como dirían ellas, “qué marica tan regia”, que significa que está muy bonita, espectacular y a lo “caché”.
Lleva puesto un jean de moda con sus característicos rotos que dejan asomar un poco de piel lampiña y bronceada, una camisa de su color favorito, fucsia, con unas letras brillantes que iluminan todo a su alrededor; extensiones que le hacen ver el cabello largo y bien peinado y unas sandalias de tacón, el símbolo de la seducción femenina, que combina además con las miradas que le echan todos los que pasan por la peluquería de Jason, su amigo, donde estamos ubicadas.
Es muy alegre y alborotada, risueña y según su madre, algo malgeniada. Es como la van a delatar estas letras hechas a la medida de la protagonista de esta historia: Carolina Escobar.
¿Por qué decidió ser travesti?
“No, eso yo no lo decidí. O sea, desde siempre he tenido como las ganas de verme como una mujer y ya lo soy prácticamente. Yo siempre quise ser mujer, en mi niñez jugaba con mis primitas y me mantenía con amiguitas y yo veía, por ejemplo, un brillo y me lo quería echar, una pestañina y me la quería untar. Pues eso fue desde siempre, como algo con lo que uno nace”.
¿A qué edad comienza su transformación de hombre a mujer?
“Yo empecé desde los 16 años con el cabello. Me lo dejé crecer y casi instintivamente aprendí a maquillarme: me pintaba las uñas, me ponía ropa de mujer, faldas, camisas de mujer y todo eso, porque como te digo eso a uno le nace”.



Esta es la peluquería de Jason, amigo de
Carolina, donde se realizó la entrevista.
¿Le parece ofensivo ser llamado travesti?
“No, para nada, eso no es una ofensa, es la realidad. Pero hay una diferencia muy grande entre ser travesti y ser transgenerista: los travesti son los que se disfrazan de mujer en cualquier momento, pero siguen teniendo, a pesar de todo, la imagen de hombre y los transgeneristas son los que viven todo el tiempo como mujeres, pero así es como nos reconocen, como travesti”.
¿Cuál fue la reacción de su familia y amigos al “salir del closet”?
“Pues no fue una reacción brusca porque fue poquito a poquito, o sea, todos me vieron crecer y me vieron transformar y me aceptaron. Mi familia siempre me apoyó a pesar de todo y mis amigos estuvieron ahí conmigo.
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Eso es más como tener el valor de enfrentarse como a uno mismo porque es que de pronto los comentarios de la familia no importan mucho, es luchar con uno mismo porque al fin y al cabo es una decisión que no tiene retroceso”.
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¿Se ha realizado cirugías o cambios estéticos?
“Sí claro, me hice la pompi con silicona y o sea, eso no fue tan grave, al otro día ya estaba caminando en la calle. Uso hormonas frecuentemente, entonces eso me ayuda a ver más femenina. Aunque me he hecho cambios físicos tengo una imagen propia, me gusta ser yo, no inspirarme en nadie más sino reconocerme por lo original, por ser yo misma sin ninguna imagen”.
¿Qué riesgos corre un travesti en la calle?
“Todos los riesgos del mundo porque hay gente que no nos quiere, que no nos acepta y muchas veces el rechazo es horrible. Con la gente normal se pelea por la falta de respeto contra uno y con las travestis de la calle siempre está esa rivalidad por la que sea más bonita. Por eso la relación con ellas es más bien falsa, como hipócrita, o sea, sonrisita va y sonrisita viene, pero juntas más no revueltas”.



Su madre afirma que Carolina nunca sale
a la calle sin estar bien arreglada.
¿Qué le dicen los hombres cuando se dan cuenta que es travesti?
“Los que se dan cuenta… pues a mí siempre me ha pasado que no se alteran ni nada, ellos siguen igual, no pasa nada.
Cuando yo salgo a rumbiar con mis amigos la que llama la atención en el grupo que ando soy yo: yo soy la que mejor me disfrazo, la que sale más bonita, la que se pone los tacones, la de cabello más largo y entro a una discoteca normal y los hombres me ven y se quedan aterrados; como quien dice, “llegó polla nueva”.
Ellos me ven y me sacan a bailar y después de que me sacan a bailar y les cuento lo que yo soy, ellos siguen con la misma actitud.
Hay unos tan atrevidos que me dicen que si tengo hijos, pero ¡por favor, yo cómo voy a poder tener hijos! Yo les cuento luego mi situación sexual y ellos siguen común y corriente, sin ningún criterio.
Claro que hay que decirlo: no es que les gusten las travestis, no, porque hay gente muy respetuosa y total le encanta compartir con todo el mundo”.


Organizaciones como Comunidad Colombia y la Red Colombiana de Personas Trans luchan por la reivindicación de la comunidad LGBT y el respeto de sus derechos.
¿A qué se dedica?
“(Risas) ¿Yo? Yo soy una niña muy juiciosa, trabajo en Internet en un video chat que se llama Livejasmin. Ahí trabaja gente de todo tipo, hombres, mujeres, de todo y pues lo que hay que hacer es como actuar, o sea, todo es una simulación.
Si me dicen, por ejemplo, que me meta un dildo [pene de plástico] obvio yo no lo voy a hacer, imagínate yo haciendo eso cada vez que me lo pidan, quedo súper maltratada. Todo es actuado y el pago pues…depende, por ejemplo, lo mínimo que uno puede ganar es como 2.000 pesos por un minuto.
Si uno quiere lo hace desde la casa y ya uno verá cómo se las arregla para la cámara y todo eso. Hay muchos clientes, hombre y mujeres que quieren ver travestis y clientes extranjeros más que todo de Italia, de Estados Unidos y de muchas partes que están buscando un rato de diversión, pero no hay contacto físico, todo es por Internet”.
¿Qué relación cree usted que hay entre prostitución y travestismo?
“Ese es el mito que dicen, pero no, mira que yo no lo veo de esa manera: primero las admiro, a las que se prostituyen las admiro mucho porque es de muchísima fuerza, es como de mucha…ay, yo no sé, es admirable; pero siempre va a estar ligado porque es el prototipo que la gente tiene de nosotras, travesti- prostituta, prostituta-travesti”.
¿De qué manera influyen las drogas en la vida de un travesti?
“Las drogas yo no te voy a decir que nunca lo he hecho porque sí las he probado, pero ninguna me llama la atención.
Yo salgo y me tomo mis tragos, pero no consumo drogas, aunque yo si tengo mis amigas que si les gusta mucho eso y aparte de que no tienen la fortuna de contar con un bonito cuerpo, un bonito rostro, las ven en la calle y decime, qué vergüenza una travesti bien sacoliada en la calle. ¡Ay no! qué pena y después que las piedras que les tiran y que porqué les tiran, las insultan y que porqué las insultan, pero es que uno no puede dar pie para todo eso”.
¿Existe algún tipo de grupo u organización que las apoye y represente?
“Sí, hay varias. Está la Corporación El Otro, Amigos Comunes y LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans). Por ejemplo, cada año se celebra la Marcha del Orgullo Gay y ahí nos reunimos todas, no como dice la gente a rumbiar, vamos es a luchar por los derechos que nosotras tenemos, el de la libre expresión, el de una muerte digna porque hay muchas travestis que no tienen la posibilidad de contar con la familia entonces les toca de pronto una vejez muy dura y una travesti vieja es horrible”.
¿Cuál ha sido para usted la experiencia más dolorosa que le ha tocado vivir?
“Desde que soy travesti, lo más horrible que me ha pasado es la muerte de una amiga que se llamaba Alejandra. Ella tenía como 19 años y se murió por la vanidad. Ella se quería poner más cola de la que ya tenía y como eso es silicona líquida que hay que esperar a que endurezca, se le fue pa’ los pulmones y no logró sobrevivir”.

“Yo soy una niña muy juiciosa –dice Carolina Escobar–: trabajo en Internet en un video chat. Trabaja gente de todo tipo, hombres, mujeres, de todo y lo que hay que hacer es como actuar, o sea, todo es una simulación”.
Así es la vida…
Carolina contribuye con los gastos de su casa y le encanta estar muy linda. “Le encanta estar divinamente bella porque fea no sale a la calle”, dice doña Ángela, su mamá, quien dice que los travesti corren mucho peligro en la calle, sobre todo con hombres que las pretenden y que les cogen “bronca” porque ellas no les prestan atención..
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Pero a los que les suelen corresponder son hombres que no tienen en mente un romance verdadero y largo, personas que al igual que quieren tener una relación con ellas, quieren tener una familia e hijos.
Mientras “Caro”, como terminé llamándole, dice que le encantaría hacerse una lipo y encontrar al príncipe azul ¡así sea Shrek pero que venga!, me pregunto: ¿están destinados los travesti y transgeneristas a ser tratados siempre como un objeto sexual, una imagen y un cuerpo adornado de mujer? ¿A ser víctimas de la vanidad y de su propia belleza?
Cuestión de dignidad
En Colombia hay diferentes proyectos y comunidades comprometidas con el cumplimiento de los derechos y deberes de esta comunidad.
Un ejemplo es el proyecto de Comunidad Colombia que surge ante la necesidad de contar con espacios no institucionalizados de encuentro, comunicación y trabajo de la temática LGBT presentando una estrategia de trabajo virtual que congrega diferentes páginas web o web blogs que se consolidan como alternativa en cada lugar de su ejecución, según información de su blog oficial.
Otra es la Red Colombiana de Personas Trans en la cual se trata de compartir experiencias y crear una red de solidaridad, pluralidad y paz, con el fin de enfrentar los nuevos desafíos y cambios sociales, políticos, culturales y económicos del país.
También hacer valer los derechos como ciudadanos que son y abrir nuevas oportunidades de cultura, educación y empleo digno para todos los miembros de esta comunidad.

viernes, 9 de enero de 2015

Contaminación del río Medellín es un problema social

En la actualidad sólo  20% de las aguas residuales que van al río Medellín reciben tratamiento. Se espera que a 2015 esta cifra aumente a 95%. El reto es mayor: que las personas aprendan a valorar el recurso hídrico.


Desde la estación Acevedo del Metro de Medellín se pueden ver las largas tuberías de las casas que vierten las aguas residuales domésticas  directamente al río. También en algunas de las 1.200 quebradas que desembocan en el río se pueden encontrar variedad de elementos domésticos: colchones, botellas y hasta animales muertos.

El río Aburrá - Medellín, o simplemente río Medellín como es conocido popularmente, se ha convertido desde hace algunos años en el lugar donde las personas se deshacen de lo que no les sirve. Esto, sumado a la extracción de material y los vertimientos industriales, son las principales causas de la contaminación del afluente.

Según el último reporte del Área Metropolitana del Valle de Aburrá la calidad del agua del río Aburrá - Medellín en el primer semestre de 2014 estuvo entre aceptable y mala.  La zona más crítica es el norte del Valle de Aburrá después de la descarga de los interceptores en el sector de Moravia hasta Ancón Norte donde se acumula todo el impacto que ha recibido el río durante su recorrido.

“En esta zona se encuentran mucho anélidos, organismos acuáticos que son indicadores de aguas contaminadas. Estos revelan que hay contaminación orgánica, que hay aguas residuales domésticas", afirma Lina Claudia Giraldo Buitrago, coordinadora de RedRío, proyecto  que monitorea  la calidad del río desde 2003 y que se desarrolla en convenio entre el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y la Universidad de Antioquia.

Según la coordinadora de esta red, el bajo avance en el plan de saneamiento y manejo de vertimientos  en esa zona ha influido en la mala calidad del agua.a A la fecha, gran parte de las aguas residuales del sur del Valle de Aburrá van a la planta de tratamiento de San Fernando, mientras que en el norte, las aguas residuales son vertidas directamente a los cuerpos de agua sin ningún tratamiento.

Las mejores condiciones  de calidad se encuentran en el nacimiento del río en Caldas, pero a medida que avanza el recorrido el agua se va deteriorando con el  incremento de la población asentada en su área de influencia que no está conectada al sistema de alcantarillado público.

La problemática de la contaminación no es actual, desde 2010 la tendencia ha sido la misma: entre regular y mala, según el ICACOSU, índice de calidad que mide la calidad del agua en la escala de buena, aceptable, regular,mala y muy mala.

Una solución


Contrario a otras ciudades de Colombia como Cali y Bogotá, donde sus principales ríos se encuentran alejados de la dinámica de la población, en Medellín el río atraviesa toda la ciudad y forma parte de la vida de más de 3 millones 500 mil personas que la habitan.

Por eso su estado ha sido siempre un tema de debate. Empresas Públicas de Medellín (EPM) ejecuta  un programa de saneamiento del río que incluye recolección, transporte, tratamiento y disposición final de las aguas residuales descargadas al sistema público de alcantarillado.

“Hoy solo tenemos la planta San Fernando que opera desde 2000, pero en septiembre de 2015 estará construida la segunda planta de tratamiento en Bello. Hoy tratamos aproximadamente un 20% de las aguas residuales y con Bello esa cifra va a subir a un 95%”, afirma Carlos Quijano, gerente de Gestión Aguas Residuales de EPM.

El proyecto, cercano a los 500 millones de dólares, es casi cuatro veces la planta de tratamiento de San Fernando  en cuanto a capacidad de manejo de contaminación. Además, según el ingeniero se plantean otras plantas más pequeñas o que estarán en Barbosa y Girardota para 2023.

Aún así, para  Quijano la recuperación del río no sólo depende de esta entidad. “El río tiene muchos usuarios y sin lugar a dudas el principal somos nosotros porque manejamos el alcantarillado, pero no es solamente lo que haga EPM, si queremos ver un rio mucho más amable de lo que vemos hoy. Necesitamos un actuar más fuerte de la autoridad ambiental”.

EPM ha tenido, por ejemplo, dificultades con algunas industrias que descargan compuestos que pueden afectar las tuberías que conducen las aguas residuales o incluso el tratamiento de la planta.

“Hay una industria que a pesar de que ya construyó un sistema para controlar el PH, (nivel de acidez del agua) no lo están operando bien y a veces nos llegan aguas con un PH muy alto. Los procesos que nosotros tenemos en la planta son biológicos,
y un agua con un PH muy alto nos afecta el proceso y hace que las eficiencias de remoción no sean tan buenas como quisiéramos”, advierte Quijano.

Por su parte, Buitrago comenta que para que el río esté en mejores condiciones de calidad no basta con el saneamiento ni el monitoreo constante del recurso, se necesita educación. “La comunidad le da un mal uso a los residuos sólidos y un buen tratamiento de estos y conciencia ambiental frente al río es indispensable para su recuperación”, anota.

Actualmente, el Área Metropolitana como autoridad ambiental del Valle de Aburrá tiene tres proyectos para el cuidado y uso del recurso hídrico por parte de la industria y la comunidad.

  • Reuso de aguas de procesos que hace  evaluación técnica y económica de tecnologías para reuso de aguas de procesos en industrias de los sectores como el de alimentos y textil.
  • Módulos de consumo de agua y factores de vertimientos para sectores Industriales que busca conocer los valores típicos o consumos base de agua para la producción industrial o la prestación de servicios.
  • Programa de sensibilización y promoción del uso racional y eficiente del agua en el cual a través de promotores sociales instruye a algunos barrios de los municipios que conforman el Área Metropolitana sobre las formas de usar racionalmente el recurso hídrico.

Las acciones necesarios para recuperar el río son claras: planes de saneamiento, cobertura total de las personas al sistema alcantarillado público y sanciones que limiten a las industrias en los vertimientos.

Sin embargo, crear un cultura de cuidado por la naturaleza y en especial por el agua, el principal recurso que necesitan los humanos para subsistir, va a ser una tarea de largo aliento que implica para la sociedad una alta inversión en educación.

RedRío: el proyecto que monitorea la calidad del agua



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La información sobre la calidad del agua en el Valle de Aburrá la tiene RedRío, un proyecto ejecutado en convenio entre el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y la Universidad de Antioquia, y en el que  participan también la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, Universidad de Medellín y Universidad Pontificia Bolivariana.


Esta red se encarga desde el 2003 del monitoreo de la cantidad y calidad de agua superficial del río Aburrá – Medellín, y el control y seguimiento a las aguas subterráneas.


El monitoreo se hace en 12 estaciones sobre el río desde su nacimiento en San Miguel (municipio de Caldas) hasta su confluencia con río Grande en Puente Gabino (municipio de Santo Domingo) y en las principales quebradas afluentes.


Una jornada de monitoreo empieza a las 3:30 a.m. y cuenta con un equipo de más de 30 personas entre ingenieros vinculados al proyecto, estudiantes en práctica y estudiantes auxiliares. Durante todo el día el equipo observa y toma muestras para ver cómo cambia la calidad del agua en las diferentes estaciones.


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Para evaluar la calidad del recurso se toman muestras de agua siguiendo la metodología del IDEAM, las cuales son llevadas a laboratorios acreditados para su análisis; también se hacen mediciones en campo empleando equipos portátiles que miden pH, conductividad eléctrica, temperatura, oxígeno disuelto, entre otros; y se toman muestras biológicas (algas y macroinvertebrados).


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Actualmente la Red de Monitoreo se encuentra en la quinta fase y entre los proyectos futuros tiene planeado para el 2015 avanzar en el Plan de Manejo Ambiental del Acuífero (aguas subterráneas) y realizar campañas de sensibilización y educación con la comunidad.

Río Medellín, un eje para recuperar la ciudad

En 15 años la población del Valle de Aburrá aumentará en casi 850 mil personas, lo que la ubicará en el grupo de áreas metropolitanas de tamaño medio en América Latina, según el Plan Director Bio 2030.  

Urgen medidas para planificar el crecimiento de la ciudad, que se ha expandido hacia las laderas, zonas de alto riesgo, en donde habitan actualmente 180 mil personas. Autoridades ambientales, academia y gobierno trabajan para que el río sea el eje articulador del desarrollo sostenible.


Hace cinco meses Héctor Ardila y su familia tuvieron que desalojar su casa ubicada en un lugar conocido como La Invasión o El Caguán en el  barrio María Cano Carambolas, parte alta de Santo Domingo Savio. El riesgo era inminente, o se iban o un alud de tierra posiblemente acabaría con su casa y con sus vidas.


Mary Luz, su esposa, y sus hijos Juan Carlos, Andrés y Felipe habitaban una casa humilde con paredes de madera, piso entre cemento y tierra, y techo de zinc; en una zona de invasión de alto riesgo donde había otras diez casas.


Allí contaban con escasos servicios públicos y aunque con dificultades, el Metrocable les facilitaba mucho la movilidad. Quince minutos caminando hasta el bus, veinte minutos hasta la estación Santo Domingo del transporte por cable y otros quince para llegar a Acevedo, la estación del Metro. Así era el camino desde la ladera hasta la zona urbana.


Héctor pagaba 35 mil pesos por servicios de luz y teléfono, 4 mil pesos por agua y alcantarillado a la acción comunal del barrio, quienes hacen la gestión del recurso. El agua era tomada de un nacimiento cercano y, según Ardila, algunas veces llegaba sucia y en otras ocasiones no llegaba.


El alcantarillado también era administrado por la acción comunal, que gestionó para canalizar las aguas negras con tubería, porque antes era destapada y las aguas caían en cualquier lugar.


Actualmente viven seis cuadras más abajo en un apartamento alquilado por la Alcaldía, por un valor aproximado de 325 mil pesos. Las condiciones físicas del inmueble son mejores: un apartamento embaldosado, una cocina en materiales resistentes y un patio; pero su futuro es incierto.


Aunque ya no viven en una zona de riesgo, las cuentas se han triplicado. Actualmente pagan a Empresas Públicas de MEdellín (EPM)140 mil pesos por servicios públicos, gasto que equivale a un mes de pasajes para ir a trabajar.


De la casa de madera y techo de zinc ya no queda nada, la Alcaldía asume temporalmente el costo de vivienda de las familias desalojadas, con el compromiso de que las tumben. Desde el punto legal, las familias en igual situación a la de Héctor no pierden nada, pues la mayoría son predios sin escritura, sin embargo, la dinámica económica cambia significativamente.


Las familias esperan el llamado del municipio para ir a donde les asignen porque, como dice Héctor, "qué más vamos a hacer". Con un poco más del salario mínimo, que es lo que suman sus ingresos, viven el día a día esperando el momento de tener un lugar de residencia fijo y fuera de peligros, no sólo de deslizamientos sino también de violencia, de droga y de otros fenómenos sociales en los que se ven envueltos.


Amenaza alta


El caso de Héctor y su familia no es el único otras 180 mil personas viven en zonas de alto riesgo, según el mapa de riesgo de Medellín. El clima tropical del Valle de de Aburrá hace que se presentan lluvias con alta intensidad y por ende la probabilidad de deslizamientos en zonas altas sea mayor.


"Las lluvias son un elemento común de nuestro territorio que, sumado a las condiciones topográficas, con zonas de montaña con fuertes pendientes muy inclinadas, genera un territorio donde se materializan muchas amenazas", afirma Edier Vicente Aristizábal, Ingeniero Geólogo y profesional ambiental de Isagen.


Mapa de riesgo de Medellín. Tomado de El Colombiano.com
Como indica Aristizábal, en las últimas décadas, la ocurrencia de emergencias y desastres han  afectado un considerable número de personas situadas en zonas de amenaza. Sin embargo, los fenómenos que los han causado se han presentado a lo largo de la historia como parte del proceso natural en el origen y modelación del paisaje.
"Últimamente los desastres que tenemos sí son por la inadecuada ocupación del territorio, pero ocurre que las personas habitan en un territorio que es altamente susceptible, con una historia geológica y geomorfológica donde los movimientos en masa han sido un elemento común", señala el ingeniero.


El Sistema de Inventario de Desastres (DesInventar), registra daños o efectos ocasionados por emergencias o desastres, entre estos se encuentra el de Roselón (1927), Media Luna (1954), Santo Domingo Savio (1974), Villatina (1987), La Cruz (2007); las avenidas torrenciales de La Iguaná (1880), La López (1954), La Honda (1996) y El Barro (2005); y los incendios de Valejuelos (2001), Mano de Dios (2002), El Trébol (2005) y Altos de la Virgen (2006).


Problemática de largo aliento


Según el Plan Director Bio 2030, la pérdida de las relaciones de abastecimiento asociada a la construcción de acueductos con captaciones lejanas, convirtió a las fuentes de agua en depósitos de aguas residuales.


Una de las problemáticas asociadas a la antropización (transformación que ejerce el ser humano sobre el medio) es que los suelos se han impermeabilizado, resalta Luis Fernando Carvajal, profesor de la Universidad Nacional, institución que realiza los monitoreos de la cantidad del agua del río Medellín con el programa de RedRio del Área Metropolitana.


"Cuando una cuenca es altamente antropizada, el suelo tiene procesos de impermeabilización que hace que la escorrentía ocurra en un menor tiempo que cuando tenemos unos usos del suelo que son muy naturales como los bosques o los prados", apunta Carvajal.

Un sistema que alerta sobre el clima de Medellín

Como parte de la gestión del riesgo que se realiza en Valle de Aburrá, existe el sistema de alerta temprana (SIATA), que tiene como objetivo principal alertar de manera oportuna a la comunidad sobre la probabilidad de ocurrencia de un evento hidrometeorológico extremo que pueda generar una situación de emergencia.

Comenzó entre un convenio entre el Área Metropolitana y el departamento de Geología de la Universidad EAFIT con el fin de informar a la comunidad sobre los eventos de riesgo debido  a  las condiciones geológicas e hidrogeológicas del Valle de Aburrá que hacen que se presentan lluvias con una muy alta intensidad.

“A partir del Marco de Acción de Hyogo, se definieron en 2010 las líneas prioritarias para la mitigación del riesgo. Una de esas líneas que se identificó fue construir sistemas de alerta temprana enfocados en la comunidad, que pueda dar información oportuna y precisa”, comenta Edier Aristizábal, coordinador de prevención y atención de desastres del Área Metropolitana entre 2005 y 2010.

Con esto definido se pensó desde el Área Metropolitana en conjunto con la Universidad Nacional, cómo hacer la medición de las lluvias en un ambiente tropical como lo es el Valle de Aburrá.

Las lluvias se miden con un pluviógrafo que dice cuánto está lloviendo en determinado punto. Sin embargo, en el Valle las lluvias son muy localizadas, lo que constituye un problema para el tema de hidrología.

Alta tecnología para medir las lluvias

Tomado de Siata.gov.co
El Área Metropolitana invirtió cerca de 5 mil millones de pesos en un radar meteorológico (el primero en su clase en instalarse en el país) para obtener información concerniente a las nubes y la precipitación.

Dado que las mediciones solas no aportan a la reducción del riesgo, se necesitaban análisis. Para esto se hizo un convenio con EPM e Isagen, quienes gracias al alcance de 100 kilómetros del radar, podían emplear las mediciones para conocer la oferta de agua de los embalses.

De este modo se lograron los recursos necesarios para que el SIATA fuera más que un sistema de alerta temprana para Medellín, uno para todo el Valle de Aburrá y los municipios vecinos.

sábado, 30 de agosto de 2014

Mínimamente

Una gota
un sorbo
una llovizna
la brisa

Un reflejo
un paso
un insecto
la nada

El pulso
una nota
una letra
la palabra

jueves, 17 de julio de 2014

Canciones de trayecto y soledades mínimas

Me gusta andar sola
caminar conmigo misma
escuchar la misma lista de canciones
no en su orden sino según el ánimo
que se vuelvan parte del paisaje
que lo cambien.

Disfruto de las soledades mínimas
las necesito cada tanto o muy seguido
para imaginar y fantasear
para ser trayecto
para ser canción.