martes, 8 de febrero de 2011

Lo que queda por narrar del periodismo narrativo


“Nos pasamos la vida buscando lo que ya hemos encontrado”
Tomás Eloy Martínez.


En el periodismo narrativo cada acontecimiento tiene su color, su tamaño, forma y textura, también tiene olor y sentimientos profundos donde el escritor se convierte en artista al pintar con palabras.

El artista se arma de ideas para hacer el boceto  de la obra a realizar, la planea y escoge cuidadosamente el pincel delgado o grueso con el que le va a dar el toque perfecto. Después de tener el boceto, el artista empieza a darle capas de pintura al lienzo resaltando cada detalle con un color preciso y dando énfasis o suavidad a determinadas formas según su lugar de ubicación en el cuadro.

Así como la labor del artista, el periodista se prepara para contar una historia, la escoge, la investiga y se vale de las herramientas que caracterizan un relato periodístico: la realidad y las letras. La función del que escribe no es más que la de un artista que se hace parte de la obra para expresar un sentimiento que provoque en el público un sentido de identificación. Que al final pueda el lector sentirse totalmente atrapado por la historia.

Para adentrarnos en una idea de lo qué es el periodismo narrativo tomaremos como referencia el texto Periodismo y literatura: peleas de vecinos, una discusión De Norman Simms, Germán Castro Caycedo y Germán Santamaría. Ahondaremos en la importancia de este arte y sus características desde los textos: periodismo y narración desafíos del siglo XXI de Tomas Eloy Martínez y la primera parte del libro Escribiendo historias, el arte de narrar en el periodismo de Juan José Hoyos.

“Periodismo a secas” es como llama Germán Castro Caycedo, periodista y escritor colombiano,  al periodismo narrativo o literario, un periodismo que ha salido de nuestra propia realidad.  Aquel que describe con lupa no sólo el hecho sino el ambiente donde ocurre. Una postura un poco más diferente la da  el periodista americano y escritor Norman Simms al definirlo como una labor de tiempo completo, un periodismo que implica tiempo y oportunidades que ahora no muchos medios escritos están dispuestos a arriesgar. Y para el cronista colombiano, Germán Santamaría significa una forma de exaltar las emociones humanas a través de las historias estéticamente bien contadas, dice Santamaría: “me di cuenta de que lo único parecido a la literatura es el periodismo, porque se hacía con palabras”.


Hasta donde llega el lenguaje

El periodismo narrativo como fusión creativa del lenguaje y la realidad tiene como importancia llamar la atención del lector, darle más vida al discurso noticioso. Que el periodista no sea un agente pasivo de su acontecer, sino que por el contrario sea la voz de la realidad que no sólo van cargadas de datos, que más bien atienden a las preguntas del porqué y para qué y llevan emociones, tensiones y detalles que corresponden a la experiencia del vivir para contarlo. Dice Tomas Eloy Martínez, escritor y periodista argentino: “El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un instrumento para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta”.

La importancia de este también depende de sus características, las cuales hacen de cada relato una obra única con la firma del artista que la escribió. El orden cronológico es pues un elemento muy importante al hablar de periodismo narrativo, ya que a diferencia de la estructura de pirámide invertida de la notica (de lo más importante a lo menos importante) este narra el orden de sucesos tal cual como pasó. Los focos de tensión y los detalles son también otra arma lingüística en la que la minucia le otorga a la historia verosimilitud al tiempo que la hace entretenida al lector.

En la narración periodística se encuentra la imagen de los personajes ya no como una simple cita, adquieren protagonismo y se convierten en el tono y la personalidad de la historia. El manejo del tiempo se integra a la historia como un detalle sutil pero a la vez importante que permite dar cabida a la descripción del espacio y la escenificación como características en las que el escritor se apropia del espacio para reconstruir una puesta en escena, al mismo tiempo el uso de diálogos y figuras literarias sirven para mostrar a los personajes del modo más realista posible. La voz del narrador y las posibilidades gramaticales imponen un estilo particular, según Juan José Hoyos: “el narrador es el primer personaje que el autor debe crear” y finalmente el contexto que relaciona el hecho central con las condiciones sociales, políticas y económicas que pueden estar involucradas.

A modo de conclusión, cuando el artista se siente identificado con su obra lo mismo trasmitirá a sus espectadores. Narrar bien significa estar dispuesto a ver con la claridad que otorga el apasionarse por las palabras de una historia que no necesita buscarse porque ya está ahí; en las realidades que nos rodean a diario.

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