Una idea puede surgir en varios contextos, uno puede ser accidental, el momento en el que de repente tenemos un chispazo que nos hace detenernos a registrar esa idea que posiblemente sea la que hemos estado buscando por mucho tiempo. Otra puede ser más planificada, cuando estamos en un proyecto, clase o empresa.
Ubicada en el segundo plano desde mi clase de este semestre: Dramaturgia de los medios, debía crear con mi equipo una Start Up. Eric Rice la define en su libro El método Lean Start Up como “una institución humana diseñada para crear un nuevo producto o servicio bajo condiciones de incertidumbre extrema” (Ries, 2008: pg 28).
Al no poder sacar una idea que nos convenciera del todo y que fuera dentro de lo posible de hacer durante el semestre, probable. Decidimos ayudarnos un poco haciendo varios procesos creativos para darle apertura a los sentidos y a la imaginación. Comenzamos haciendo una lista de sería maravilloso si… por ejemplo: sería maravillo si… pudiera volar.
Luego, concretando más, hicimos una lista de problemas que identificáramos con facilidad y los clasificamos en áreas que nos llamaban la atención: humanos, sociales, culturales, tecnológicos. Más tarde hicimos un filtro y agrupamos los problemas que eran similares.
Finalmente nos decidimos por uno del área humana, (estrés cotidiano) con el que sentimos que podemos generar un impacto social fuerte y comenzamos a generar ideas para darle solución. Lo que siguió fue adrenalina, relacionar, cuestionar, visualizar.
Del problema a la idea
No nos detuvimos ahí, la idea y sigue en construcción. Pensamos en un objeto simbólico que pudiera invitar a las personas a hacer una pausa para que por medio de la estimulación de los sentidos pudieran recordar aquello que disfrutan hacer y los aísla de la rutina.
Lo interesante de este proyecto es que aparte de buscar una necesidad o problema para proponer una solución, es la problematización de la idea misma. Para nuestro proyecto se hace necesario entonces seguir un plan, pero este va paralelo a la construcción de la idea. Sin embargo, hay algunos elementos importantes que seguro tendremos en cuenta para acrecentar la posibilidad de éxito y para aprender de los errores que surjan sobre la marcha.
Primero debemos poner en práctica lo que Rise denomina Aprendizaje validado, a través del método científico (experimentos, encuestas, etc) investigar el contexto y el público donde va a emerger la idea con el objetivo de ponerla a prueba y disminuir el riesgo y la posibilidad de fracaso.
También es necesario pensar nuevas formas de gestión, management para no malgastar la capacidad humana y frenar el proceso creativo. A modo de ejemplo: Un artista que quiera lanzarse como solista y tener reconocimiento del público, debe trascender su talento y gestionarlo, debe planear, crear estrategias, conocer su público y el medio económico y legal en el que se va a desenvolver, es decir, el talento para la el artista no basta para ser emprendedor.
En estos términos suena algo desmotivaste para un apasionado por su arte, o por su idea. Pero no necesariamente es así. Más bien hay que definir procesos internos y externos a nivel de organización y ejecución para alcanzar los objetivos planteados al inicio de la Start Up.
Y.. ¿Cuándo nos comemos el masmelo?
Tom Wujec en su charla TED sobre el experimento del malvadisco nos invita a hacer una reflexión constante a medida que vayamos realizando la Start Up, un proceso que él divide en: orientar, planear, construir y tadaaa! Como en el ejercicio de construir la torre más alta con espaguetis, cinta e hilo, donde debíamos ubicar al final un masmelo cuyo peso debía soportar la estructura, así mismo debemos construir la idea. Pensar todo el tiempo en el objetivo (el masmelo) para no desorientarnos y tener al final una torre, no la más alta, ni la más fuerte tal vez, pero si como la habíamos imaginado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario